Síntomas, diagnóstico y tratamiento de la lumbalgia
La columna lumbar, o lumbar, es una estructura notablemente bien diseñada de huesos, articulaciones, nervios, ligamentos y músculos interconectados, todos trabajando juntos para proporcionar apoyo, fuerza y flexibilidad. Sin embargo, esta compleja estructura también deja a la parte baja de la espalda susceptible de sufrir lesiones y dolor, como puede ser la lumbalgia.
Una vez que logrado un diagnóstico preciso sobre la causa de la lumbalgia, se pueden seleccionar opciones de tratamiento basadas en las mejores prácticas médicas de hoy en día.
La columna lumbar, lo que puede salir mal
La espalda baja soporta el peso de la parte superior del cuerpo y proporciona movilidad para los movimientos cotidianos como agacharse y girar. Los músculos de la parte baja de la espalda son responsables de flexionar y rotar las caderas al caminar, así como de apoyar la columna vertebral. Los nervios en la parte baja de la espalda suministran sensación y potencia a los músculos de la pelvis, las piernas y los pies.
La mayoría de los dolores lumbares agudos son el resultado de lesiones en los músculos, ligamentos, articulaciones o discos. El cuerpo también reacciona a la lesión movilizando una respuesta inflamatoria de curación. Si bien la inflamación parece menor, puede causar un dolor intenso.
Hay una superposición significativa del suministro nervioso a muchos de los discos, músculos, ligamentos y otras estructuras de la columna vertebral, y puede ser difícil para el cerebro percibir con precisión cuál es la causa del dolor. Por ejemplo, un disco lumbar degenerado o desgarrado puede sentirse igual que un músculo desgarrado, creando ambos una inflamación y un espasmo muscular doloroso en la misma zona. Los músculos y los ligamentos se recuperan rápidamente, pero un disco roto puede o no. El curso temporal del dolor ayuda a determinar la causa.
Rango de los síntomas de la lumbalgia
El dolor de espalda baja puede incorporar una amplia variedad de síntomas. Puede ser leve y meramente molesto o puede ser severo y debilitante. La lumbalgia puede comenzar repentinamente, o puede comenzar lentamente -posiblemente yendo y viniendo- y empeorar gradualmente con el tiempo.
Dependiendo de la causa subyacente del dolor, los síntomas pueden experimentarse de varias maneras. Por ejemplo:
- Dolor sordo o doloroso, contenido en la parte baja de la espalda
- Dolor punzante y ardiente que se desplaza desde la parte baja de la espalda hasta la parte posterior de los muslos, a veces en la parte inferior de las piernas o los pies; puede incluir entumecimiento u hormigueo (ciática)
- Espasmos musculares y tensión en la parte baja de la espalda, la pelvis y las caderas.
- Dolor que empeora después de estar sentado o parado por mucho tiempo
- Dificultad para pararse derecho, caminar, o pasar de estar de pie a estar sentado
Además, los síntomas suelen describirse por el tipo de inicio y la duración:
- Dolor agudo. Este tipo de dolor suele aparecer repentinamente y dura unos pocos días o semanas, y se considera una respuesta normal del cuerpo a una lesión o daño en los tejidos. El dolor disminuye gradualmente a medida que el cuerpo se cura.
- Dolor subagudo de espalda baja. Este tipo de dolor, que dura entre 6 semanas y 3 meses, suele ser de naturaleza mecánica (como una distensión muscular o un dolor articular) pero es prolongado. En este momento, puede considerarse la posibilidad de realizar un examen médico, y es aconsejable si el dolor es intenso y limita la capacidad de participar en las actividades de la vida diaria, el sueño y el trabajo.
- Dolor de espalda crónico. Este tipo de dolor, que suele definirse como un dolor de espalda baja que dura más de tres meses, suele ser grave, no responde a los tratamientos iniciales y requiere un examen médico exhaustivo para determinar el origen exacto del dolor.
Tipos de lumbalgia
Hay muchas maneras de categorizar la lumbalgia, entre las que se incluyen dos tipos comunes:
- Dolor mecánico. La causa más habitual, es el dolor que proviene especialmente de los músculos, ligamentos, articulaciones o huesos de la columna vertebral y sus alrededores. Este tipo de dolor tiende a localizarse en la parte baja de la espalda, las nalgas y, a veces, en la parte superior de las piernas. Suele estar influido por la carga de la columna vertebral y puede sentirse diferente en función del movimiento (hacia adelante/atrás/torsión), la actividad, estar de pie, sentarse o descansar.
- Dolor radicular. Este tipo de dolor puede ocurrir si la raíz de un nervio espinal se ve afectada o inflamada. El dolor radicular puede seguir un patrón de la raíz del nervio o del dermatoma hacia abajo en la nalga y/o la pierna. Su sensación específica es un dolor agudo, eléctrico, de tipo quemante y puede estar asociado con entumecimiento o debilidad (ciática). Normalmente se siente sólo en un lado del cuerpo.
Hay diversas fuentes adicionales de dolor, entre ellas el dolor de claudicación (por estenosis), el dolor mielopático, el dolor neuropático, la deformidad, los tumores, las infecciones, el dolor por condiciones inflamatorias (como la artritis reumatoide o la espondilitis anquilosante) y el dolor que se origina en otra parte del cuerpo y se presenta en la parte baja de la espalda (como los cálculos renales o la colitis ulcerosa).
También es posible que la lumbalgia se desarrolle sin una causa definitiva. Cuando esto sucede, el enfoque principal es tratar los síntomas (en lugar de la causa de los síntomas) y la salud general del paciente.
En el caso de la lumbalgia subaguda y crónica, es importante realizar un diagnóstico exhaustivo para sentar las bases de un tratamiento y una rehabilitación adecuados. El tratamiento de la lumbalgia reduce la probabilidad de que se produzcan brotes recurrentes de dolor de espalda y ayuda a prevenir el desarrollo del dolor crónico.